martes

FINAL DE "COBRA VERDE"

 

El cine del alemán Werner Herzog, en los años 70 y 80, es un cine lento, descriptivo, detallista, seco, frió, quizá dificil si lo comparamos con el cine que nos llegaba de America durante aquellos años. Las historias son narradas de una forma más austera, más áspera, más personal. Su digestión es más complicada. Pero a su vez Herzog es muy ambicioso, idealista, grandilocuente, de mente épica y poética a la vez. Y así, bajo estos parámetros, surgieron una serie de films brillantes, de brillantez opaca. "Aguirre, la colera de Dios (1972)", "El enigma de Gaspar Hauser (1974)" y "Fitzcarraldo (1982)" pueden ser los ejemplos más significativos. 

El extraño actor (extraño en la pantalla y al parecer, también en la vida real) Klaus Kinski, participó en seis de sus películas; y puso su sello, su presencia en todas ellas. Kinski era un actor que llenaba la pantalla, que impresionaba, a veces asustaba. Con "Fitzcarraldo" tocó la gloria (conjuntamente con Herzog, claro). "Cobra verde" fue posiblemente el punto más bajo de esta duradera colaboración. Kinski da vida a Francisco Manoel Da Silva, un orgulloso ranchero brasileño, que trabaja como minero y tras asesinar a su jefe, se convierte en el temido bandido Cobra Verde. 

Quizá el momento más brillante del film es la entrada del bandido a la plaza central de las posesiones del terrateniente Coutinho, para quien empieza a trabajar como capataz. Dicha entrada produce una majestuosa sensación de irrealidad. Tras trabajar un tiempo en las plantaciones de caña, Coutinho envía a Da Silva a Africa con el fin de revitalizar el comercio de esclavos. La película, sobre todo en Africa, adquiere un tono semidocumental. En Africa, Herzog quiere engrandecer su obra y sin embargo, en Africa el film se derrumba. Las complicadas elipsis, las excesivamente largas escenas de los nativos....hacen perder el ritmo..y en definitiva gran parte del valor de la película. Sí queda expresamente patente en el film, la crueldad del colonialismo, la dominación del hombre por el hombre, algo muy presente en la filmografía de Werner Herzog.

 

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