viernes

SOLAR CRISIS

Solar Crisis
Año
1990
Duración
112 min.
País
Estados Unidos Estados Unidos
Dirección
Richard C. Sarafian
Guion
Joe Gannon, Crispan Bolt. Novela: Takeshi Kawata
Música
Maurice Jarre
Fotografía
Russell Carpenter
Compañías
Coproducción Estados Unidos-Japón; Asahi Breweries, Gakken, Japan America Picture Company, Lotte Company, Mitsui Company Ltd, NHK, Nippon Steel, Nissho Iwai Corporation, Toppan Printing, Yamaichi Securities Ltd
Género
Ciencia ficción. Thriller

REPARTO

Charlton Heston, Tim Matheson, Bill Hart, Paul Koslo, Dorian Harewood, Larry Duran, James Nelson, Jack Palance, Paul Carr, Mario Roberts, Richard Scott, Louie Elias, John Hugh, Chris Nash, Sherwood Ball, Peter Boyle, Jimmie F. Skaggs, Corin Nemec, Rhonda Dotson, Scott Allan Campbell, H.M. Wynant, Steve Welles, Annabel Schofield, Michael Berryman, Alan Smithee, Marina Palmier, Tetsuya Bessho, Richard Edlund, David Ursin, William Wallace, Dan Shor, Carmen Twillie, Milt [Lewis] Kogan, Roy Jenson, Silvana Gallardo, Nick Gambella, Carole Hemingway, Frantz Turner, Rick Dorio, Richard Eden, Robert Hawkins, Bob Maroff

Sinopsis

A mediados del siglo XXI, el Sol está por causar una crisis ambiental en la Tierra. Solo la nave espacial Helios podrá salvar a la Humanidad. El director Sarafian ocultó su apellido de los créditos y se camufló como Alan Smithee.

La historia está contextualizada en la segunda mitad del siglo XXI, una época en la que nuestro planeta se ve afectado por la grave amenaza que supone una radiación solar que acabará con la especie humana en caso de seguir con su imponente progresión. Este hecho obliga a un conjunto de cosmonautas a cruzar el universo con la intención de insertar un determinado instrumento que permita modificar la dirección y las coordenadas de dicho meteorito, pretendiendo con ello evitar una crisis a gran escala con motivo de la preocupación y de la incertidumbre existentes entre toda la población.

Esta misión de vital importancia será encargada a los miembros de la tripulación de la nave conocida como Helios, la cual ha sido concienzudamente elaborada con la finalidad de aguantar y evitar este tipo de catástrofes naturales. Las personas encargadas de liderar esta expedición son muy conscientes de la gravedad de lo que está a punto de suceder y del riesgo que puede suponer para su existencia, a pesar de haber recibido una formación excelente de cara a afrontar esta clase de acontecimientos con la mayor entereza posible. Los obstáculos que deberán hacer frente en su camino serán constantes y realmente difíciles de asimilar. ¿Podrán cumplir su misión y salvar así su propia vida y la del resto de la humanidad?

miércoles

EL PODER DE UN DIOS


Título original
Es ist nicht leicht ein Gott zu sein (Hard to Be a God)
Año
1989
Duración
119 min.
País
Alemania del Oeste (RFA) Alemania del Oeste (RFA)
Dirección
Peter Fleischmann
Guion
Jean-Claude Carrière, Peter Fleischmann, Boris Strugatskiy. Novela: Arkadiy Strugatskiy
Reparto
Edward Zantara, Hugues Quester, Anne Gautier, Aleksandr Filippenko, Andrei Boltnev, Mikhail Gluzsky, Pierre Clémenti, Werner Herzog
Música
Jürgen Fritz
Fotografía
Jerzy Goscik, Pavel Lebeshev, Klaus Müller-Laue
Compañías
Coproducción Alemania del Oeste (RFA)-Unión Soviética (URSS)-Francia; B.A. Produktion, Garance, Hallelujah Films, Mediactuel, Sovinfilm, Studio Dowschenko Kiew, ZDF
Género
Ciencia ficción. Aventuras. Drama
Sinopsis
En un futuro la avanzada civilización terrestre descubre un lejano planeta habitado por unos seres completamente humanos pero tremendamente atrasados respecto a la Tierra. La humanidad envía a un equipo científico para investigar el descubrimiento. Una nave es situada en orbita para monitorizar la historia del mundo, y un infiltrado Rumata, es enviado para mezclarse con la cultura nativa, siempre guiado por una fuerte regla de no intervención. (FILMAFFINITY)

Notable propuesta alemana que conjuga la “heroic fantasy” con la ciencia-ficción.

En un futuro en el que la Humanidad ha conseguido llegar a otros planetas, se descubre uno en el que sus habitantes son totalmente humanos y viven en una especie de época cuasi medieval. Uno de los miembros de la tripulación se infiltra en esa sociedad para estudiarlos aparentando ser un noble caballero, Rumata (Edward Zentara), pero la condición de no intervención resultará muy complicada de mantener…

Fleischmann elabora un relato en el que se cuestiona la evolución de la Humanidad: la civilización va hacia una sociedad en la que la búsqueda de la perfección y la paz mundial conlleva pagar el precio de la falta absoluta de empatía. Es un tema que ya se ha tocado alguna vez en ciencia-ficción, una previsión del futuro que supone una imagen pesimista de la propia naturaleza humana, la cual es incapaz de avanzar hacia un estado permanente de paz si no es anulando cualquier tipo de emoción: odio, amor, pasión, etc., precisamente las cosas que nos hacen humanos.

Aparte del mensaje distópico, el filme de Fleishcmann es una aventura de capa y espada, en la que el personaje es un experto en el manejo de las espadas y convive con la cultura de ese nuevo mundo, de forma que se adapta a él como un forastero de noble linaje que viene de tierras lejanas. Rumata verá también señales de avances que son la sombra de inventos muy importantes en su mundo, pero sucumbirán ante el salvajismo y la violencia. En realidad, Rumata es testigo de la crueldad y los éxitos que conformaron la historia de su propio mundo.

La película no es visualmente muy impactante, pues su escenografía no pasa de un par de decorados futuristas y dos o tres pedruscos bien colocados en medio del desierto para simular un poblado. En cuanto a efectos especiales, son escasos y por debajo de la media de lo que ya se podía hacer en 1990. Sus puntos fuertes, por tanto, no están en lo estético sino en lo formal: el guion puede parecer a ratos algo desmadejado, pero su planteamiento resulta muy interesante y sus repercusiones finales dejan al espectador con buenos argumentos para pensar en el mensaje principal del filme. Conviene destacar también tanto la correcta actuación de Edward Zentara, muy por encima de la media del resto del reparto, y una banda sonora acertada con algún que otro corte ochentero

2001 ODISEA DEL ESPACIO

 

“2001” es ese monolito, ese tótem cinematográfico que marca un antes y un después en la cine de ciencia ficción. Esta palabra le corresponde con toda justicia. La preocupación de Kubrick por el verismo de todo lo que aparecía en la pantalla hace que estemos ante una película en la que las especulaciones que muestran vienen sostenidas por sólidas bases hasta hacer de “2001” una ficción, exenta de realidad, pero llena de realismo.
En sí es una ópera (es grandiosa, épica desde las primeras imágenes. Kubrick hablada de “odisea de la humanidad”) en tres actos, cada cual más subyugante e inspirado, hecha desde una inspiración asombrosa (no se volvió a hacer una película tan arriesgada), pero destilada hasta la pureza, lo que hace que sea una película milimetrada, magistral, donde nada sobra o falta para lograr un espectáculo fascinante y enigmático.

Es cine en estado puro. Pese a su extenso metraje, no creo que lleguen a 20 minutos los diálogos de la película, lo que hace que toda la fuerza, toda la fascinación venga dada por una imagen cuidada, impactante, magnética, que se queda grabada para siempre en nuestras retinas. A esto se suman unos efectos especiales (ideados por el propio Kubrick y Douglas Trumbull, que también fotografiaría y haría los fx de “Blade Runner”) que aún hoy mantienen el tipo.

Ninguna película ha hecho correr más ríos de tinta que esta. O se la ama o se la odia; ¡pero es imposible permanecer indiferente ante ella! Un guión maravilloso, basado en un relato corto de Arthur C. Clarke, nos lleva desde los albores de la humanidad (aprovechando para mostrarnos el primer asesinato de la historia) hasta un nuevo y inescudriñable amanecer. Entre estos dos extremos toda una descarga de imágenes, de una puesta en escena majestuosa, con un montaje que hace que la imagen te impregne, te lleve a reflexionar, pues en esta película Kubrick muestra todo, pero no explica nada (Clarke, cuando posteriormente hizo el libro se encargo de despejar en sus párrafos todos los misterios que contenía “2001”) y una música que trasciende su mero papel de acompañante hasta hacerte sentir la “sinfonía del universo” (Ningún director se acerca al manejo magistral que Kubrick siempre logró con sus bandas sonoras). La danza espacial al ritmo del “Danubio Azul”; la inmensidad y soledad del universo remarcado por las inspiradas notas de György Ligeti, o el archifamoso amanecer lunar al son de los compases de “Así habló Zarathustra” siguen resonando en nuestra memoria.

Punto y aparte merece el duelo de HAL 9000, quizá la parte más clásica de la película, pues puede ser contemplada cómo un sólido thriller de la máquina (es el personaje mejor construido, el más humano, y a la vez el más abstracto) contra el hombre.
Solemos llamar al cine “7º Arte”; pero hasta que no llego “2001” no podemos aplicar con justicia este término, pues sale del territorio de calificativos como magistral para situarse como “obra de arte”. Nada más y afortunadamente nada menos

martes

NOVELITAS DE TERROR NUMERO DOS

 

Segunda parte (números 31 a 60) de la colección de novelitas de terror de la Editorial Bruguera, que cuenta con la presencia de grandes autores del género como Silver Kane, Curtis Garland, Ralph Barby y otros no menos estimables.

Resultan adorables esos vampiros que iluminaron nuestros años mas jóvenes y que en el S.XXI, ante la crueldad de los Estados, de las mafias, de los poderosos, de la sangrante realidad, nos parecen deliciosamente entrañables. El vampiro que sale de su cripta a buscar su desayuno en glóbulos rojos resultaría hoy un buen amigo para nuestras hijas adolescentes, porque sin duda sería más caballeroso de lo que ellas jamás hubieran creído posible. El monstruo de Frankenstein no daría miedo, sino que sería un paria más buscando amor, cariño, amistad, algún sentimiento que nutriera su alma herida. Las apariciones fantasmagóricas, los muertos vivientes, las almas que vuelven a ajustar cuentas o a pedirnos explicaciones, son cosa del pasado, de ese tiempo en el que había creencias religiosas, esperanza en un más allá, en una justicia superior, en una vida eterna en las dulces praderas del cielo de cada uno...